El capítulo que no terminé de escribir





Eres el capítulo que empecé a escribir y que ahora se está cerrando a sí mismo,
sin mi autorización. Sin mi consentimiento.
¿Quién te dio permiso para eso?
Para desaparecerte  y rescribirte, tú solo, siendo todo lo que no quería que fueras,
siendo totalmente lo opuesto y convirtiéndote en palabras secas y toscas,
 en letras vacías una tras otra. 

Eres lo más triste que permití hubiera sido escrito en mi libro.
 Apareciste para hacer lo que te diera la gana. Eres la decepción de la escritora. 
Te arranco de esas hojas y  te destierro de mi vista.
No eras lo que quería, nunca lo fuiste. 
Eres tantas frases que hieren y me parten en dos y en tres.
Que estoy regada por el suelo
sin consuelo y sin ti. ¿Por qué?

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